La Salvación de Dios
La
situación del hombre parece sin esperanza. ¿Cómo podemos escapar de la
ira de Dios y la destrucción eterna en el infierno? ¿Cómo pueden los
pecadores venir a conocer a Dios íntimamente y vivir en comunión con El?
¿Cómo puede un pecador ser santo? Es imposible para el hombre. ¿Quién
puede sacar lo limpio de lo impuro? ¡Nadie! (Job 14:4). Pero lo que es
imposible para el hombre no es imposible para Dios. El Glorioso
Creador, Sustentador, y Gobernante del mundo es también el Salvador,
quien libera del pecado, la muerte y el infierno.
Dios
dice,Yo, yo Jehová; y fuera de mí no hay quien salve (Isaías 43:11).
El Dios verdadero no es solo un Dios santo y virtuoso quien castiga a
los pecadores, sino también un Dios de amor y gracia quien muestra
misericordia. En su gracia y amor, El ha enviado a Jesucristo a lograr
la salvación. Dios, en Jesucristo, es el único Salvador.
Jesucristo es el Hijo eterno de Dios quien vino al mundo y
tomó en sí la naturaleza humana. El es Dios verdadero, pero es también
hombre verdadero. En Cristo, Dios fue manifestado en carne (1 Timoteo
3:16). …Y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios con
nosotros (Mateo 1:23). Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y
nacido de la virgen María. Después de haber llegado a edad adulta,
predicó el evangelio por tres años y medio. Le habló a las personas
acerca de Dios, su verdad, y salvación. Curando enfermos y aún
levantando muertos a la vida, El mostró el poder de Dios que salva a los
pecadores. En toda Su vida El amó, sirvió, y obedeció a Dios
perfectamente. Al final de Su vida fue tomado por hombres malvados,
llevado al Calvario y clavado en la cruz donde murió, tal como Dios lo
había planeado desde la eternidad. Después de tres días en la tumba se
levantó de entre los muertos. Ascendió al cielo y ahora se sienta a la
mano derecha de Dios gobernando el mundo hasta que vuelva para juzgar a
los vivos y a los muertos.
en
Por el sacrificio de Su muerte Cristo obtuvo salvación.
Cuando sufrió y murió en la cruz El cargó sobre Su propio cuerpo los
pecados de todos aquellos a quien Dios eligió salvar. Porque también
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios... (1 Pedro 3:18). Los pecados de aquellos fueron
contados como pecados de Cristo y Dios castigó a Cristo en el lugar de
ellos. Cristo pagó la deuda que ellos le debían a Dios para que ellos
obtuvieran el perdón de su pecado. Leemos, En quien [Cristo] tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados (Colosenses 1:14). Más
aun, toda la justicia de Cristo es considerada la justicia de ellos,
como si ellos perfectamente amaran, adoraran, sirvieran, y obedecieran a
Dios. Cristo ha cumplido con el requerimiento de Dios en lugar de
ellos. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituídos justos (Romanos 5:19). La muerte de Cristo
salva a pecadores de la ira y condenación de Dios. Ahora pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús... (Romanos 8:1).
Cristo
no sólo obtuvo salvación por Su obra en la cruz, sino que también la
hizo eficaz en las vidas de cada uno de aquellos a quienes Dios ha
elegido salvar para que realmente experimenten la salvación. Cristo los
levanta de la muerte espiritual a la vida espiritual para darles una
naturaleza nueva, interna, espiritual, que lo ame a El. Así dijo Dios, y
os daré un corazón nuevo también, y pondré un espíritu nuevo dentro de
vosotros ... Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis
en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra
(Ezequiel 36:26-27). De ese corazón nuevo Cristo hace salir fe y
arrepentimiento, de manera que el nuevo hijo de Dios se vuelve de sus
pecados y por fe adora y sirve al único Dios verdadero, aunque
imperfectamente. Viene a conocer a Dios como su Salvador de una manera
íntima y personal. Dios camina con é1 y habla con é1 de manera que
tienen comunión el uno con el otro. Pero sabemos que el Hijo de Dios es
venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero
Dios, y la vida eterna (1 Juan 5:20). Cristo lleva a los creyentes a
tener comunión con el Dios verdadero y viviente.
Esta
salvación no es la obra del hombre. No podemos pensar, decir, ni hacer
nada para ganar la salvación. Es la obra de Dios solamente. La Biblia
dice de Dios, que nos salvó, y llamó con vocación santa, no conforme a
nuestras obras, sino según el propósito suyo y su gracia, que nos fue
dada en Cristo Jesús... (2 Timoteo 1:9). Dios salva exclusivamente con
su gracia. La salvación no es algo que merecemos. Es un regalo que se
da gratuitamente en Jesucristo. Porque por gracia sois salvos por media
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras,
para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Ningún hombre debe jactarse
que contribuyó a su propio salvación. La salvación no es del que quiere,
ni del que corre, sino de Dios quien tiene misericordia (Romanos 9:16).
Fe verdadera
Ya
que Dios salva dándole fe al pecador, la salvación es imposible sin
fe. Nadie puede ser un verdadero hijo de Dios sin fe. Pero sin fe es
imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). El que cree en el Hijo tiene
vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36). ¿Quiere escapar de la ira
de Dios y de la destrucción eterna en el infierno? ¿Está usted cargado
con sus pecados y busca el perdón? ¿Desea conocer a Dios y a Su Hijo
Jesucristo y así disfrutar de la bendición de la vida eterna? Jesús
dice, Tened fe en Dios (Marcos 11:22). Un hombre una vez preguntó, ¿Qué
debo hacer para ser salvo? Y le fue contestado, Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa (Hechos 16:30-31). ¡Dios lo
manda a creer!
¿Qué es la fe verdadera? Fe es tres cosas:
1) Es el conocimiento de la verdad acerca de Dios, Cristo, el hombre, y la salvación.
2) Es la creencia en esta verdad.
3) Es confianza y seguridad en el Dios verdadero y Su Hijo Jesucristo como su Salvador.
¿Qué debe Ud. creer?
1) Ud. debe creer que Dios es el glorioso Creador,
Sustentador, y Gobernante del mundo. Usted debe depender de El en todo.
2) Usted debe creer que es su deber amar, adorar, servir, y
obedecer a Dios. El Dios grande y glorioso es digno de su reverencia y
honor.
3) Usted debe creer que es un pecador quien no puede cumplir
su deber ante Dios. Usted merece el tormento eterno en el infierno.
4) Usted debe creer que Dios envió a su Hijo unigénito,
Jesucristo, a salvar a los pecadores. Cristo obtuvo salvación muriendo
en la cruz y derramando Su sangre preciosa. En el tercer día El se
levantó de los muertos siendo el Salvador victorioso. Fuera de El no hay
salvación.
5) Usted debe creer que Dios en Cristo Jesús es su Salvador quien lo libera de sus pecados y le da vida eterna.
Fe
verdadera hace que una persona se arrepienta de sus pecados. Usted no
puede decir que cree en Dios y Jesucristo si continúa viviendo en el
pecado. Jesús lo manda, Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado (Mateo 4:17).
El arrepentimiento verdadero es tres cosas:
1) Es el reconocimiento que usted es verdaderamente un pecador quien necesita salvación.
2) Es un dolor piadoso por su pecado. Usted no se lamenta solamente
por las consecuencias malas de su pecado, sino se aflige por el hecho de
que ha pecado contra Dios, su Creador, Sustentador, y Gobernante.
3) Es el apartarse de sus pecados y abandonarlos. Usted ya
no busca vivir la vida a su antojo, sino quiere buscar a Dios y Su
justicia.
Fe
verdadera llena el corazón del creyente con agradecimiento de manera
que ahora quiere obedecer a Dios. Lo hace ver cuán maravilloso es Dios
en salvarlo de sus pecados. Ama a Dios y quiere hacer todo lo que Dios
manda. Aunque no puede obedecer la ley de Dios perfectamente, busca
seguir Sus mandamientos. Jesús dice, Si me amaís, guardad mis
mandamientos (Juan 14: 15). El creyente verdadero mostrará su amor a
Dios asistiendo a servicios en una iglesia donde solo se predica la
Palabra de Dios, la Biblia. Leerá y estudiará la Biblia diariamente.
Irá delante de Dios en oración cada día. Buscará conocer a Dios más y
más, porque sabe que tiene solo un pequeño comienzo del conocimiento de
Dios. Se dedicará el resto de su vida a aprender más del Dios verdadero
y de Su Hijo Jesucristo.
La persona quien tiene fe verdadera no piensa que su fe,
arrepentimiento, amor, y obediencia han venido por su propio esfuerzo.
No piensa que estas cosas son el resultado de su colaboración en su
salvación, como si hubiera ayudado a Dios. Sabe y cree que todas estas
cosas son parte de la salvación que Dios da gratuitamente. Usted no
puede tener fe, arrepentimiento, amor y obediencia si la gracia de Dios
no produce estas cosas en su corazón y en su vida. Jesús dice, sin mi
nada podéis hacer (Juan 15:5). Usted tampoco debe pensar que por su fe,
arrepentimiento, amor, y obediencia cumple el requerimiento de Dios por
sí mismo. Usted debe creer que su salvación se basa solamente en la
muerte y resurrección de Jesucristo.
¿Conoce usted al Dios Verdadero?
¿Conoce usted al Dios verdadero y a Su Hijo Jesucristo? ¿Conoce usted la bendición de tener la vida eterna?
Si no, Dios manda que usted debe creer en el nombre de su Hijo Jesucristo (1 Juan 3:23).
Si cree ya, busque conocer a Dios y a Su Hijo mejor.
Jesús dice, Y esta empero es la vida eterna: que te conozcan a Tí, el único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
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Parte 2
parte 1
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