¿Cómo Amonestar con Amor?

“Fieles son las heridas del que ama;
Pero importunos los besos del que aborrece.”
Proverbios 27:6

Amonestar es una de esas situaciones que toda persona debería atravesar en la vida cristiana, ya que ninguno de nosotros es perfecto y como seres humanos cometemos errores a diario; además, Dios nos llama a que nos animemos unos a otros a mejorar en cada área de nuestra vida.

Lo cierto es que todos fallamos, pero lo triste no está en el fallo, sino en que nadie tenga el amor suficiente para demostrarnos nuestras equivocaciones, he allí el verdadero problema. Así que, ¿Qué es amonestar? Y, ¿Cómo hacerlo con amor?

Me gustaría partir primero de la explicación de que NO es amonestar. ¿Interesado? ¡Pues sigamos!

¿Qué NO es Amonestar?

- NO es desquitarse.

Muchas veces cuando un hermano o alguien nos ha hecho daño a nosotros, entonces venimos a “amonestar” a esa persona, pero claramente en nuestro interior no lo hacemos por su bien sino para desquitarnos del daño causado. Esto no debería ser así. Simplemente está mal.

¿Cómo saber que venimos a “amonestar” a alguien por desquitarnos? Examínate. Sí vienes a esa persona con amargura en tu corazón lo mejor es que te detengas y primero ores y le pidas a Dios te ayude a perdonar, no es un “buen momento” para amonestar ese, detente.

Detente y decide perdonar. Luego ve, y pide perdón además de decirle a esa persona que ya lo has perdonado. Sólo sí eres capaz de hacer ambas cosas podrás luego amonestar con amor.

- NO es señalar los errores.

Otra forma equivocada de amonestar es cuando vamos a hacerlo con la verdadera intención de señalar los errores frecuentes que alguien más comete, como si quizás no fuera suficiente el cargo de consciencia de la persona en cuestión. Nos encanta ser jueces, ¿Verdad? Pero de hecho Dios no nos ha dejado para juzgar a nadie, Él es el único autorizado para ese trabajo.

Medita en esto: Todos hemos fallado en la misma ley, así que, no busquemos señalar los errores que los demás cometen, el verdadero amor encubre la falta y busca que los demás crezcan y mejoren. Eso no quiere decir que no vamos a amonestar, pero sí quiere decir que cuando lo hagamos no será con esa intención de señalar.

- NO es por molestar.

En ocasiones existen personas que son especialistas en aprenderse versículos de la Biblia solo para “amonestar” a los demás, y lo irónico es que puede ser que esos versos son los únicos que se saben de memoria…

Cuidado, amonestar no es algo que se haga para molestar a los demás o por jugar a ser “él que más sabe Biblia”, esas son motivaciones incorrectas para buscar aprender de la Palabra de Dios.

Así que, ya que hemos visto estas formas incorrectas (pueden haber muchas más), ahora nos preguntamos: ¿Qué es en realidad amonestar? y ¿Cómo hacerlo con amor?…

¿Qué es Amonestar?

- Es un Acto de Amor Puro y Sincero.

“Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza;…”
Proverbios 19:18a

Cuando amonestamos es similar a cuando un padre disciplina a su hijo, en realidad lo que motiva a ese padre a disciplinar a su hijo es el amor. En lo más profundo de su corazón su deseo es que su hijo crezca y madure, ése es un acto de amor puro y sincero. Esa es la forma correcta de amonestar a los demás.

- Es un Acto de Obediencia.

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”
Gálatas 6:1

Dios nos manda a hacerlo. No es porque sea agradable, no es porque nos guste amonestar, ni tampoco es para demostrar que tenemos un mayor “status quo espiritual”; nada de eso importa.

Lo único realmente importante es que ése es Su deseo, sí Dios así lo quiere, cumplir Su voluntad es lo mejor que podemos hacer.

- Es un Acto de Consideración y Edificación.

“Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.”
Romanos 15:14

Como hemos visto, la verdadera amonestación edifica. Es un acto de amor puro y sincero, de obediencia a Dios y como resultado produce la edificación en el hermano amonestado, la obediencia de éste depende totalmente de él mismo.

Al ser un acto de amor, el que va a amonestar se considera a sí mismo y se llena de misericordia para hacerlo, es decir, se vuelve consciente de nuestra condición de seres imperfectos y no se vuelve un juez autoritario. Comprende y refresca la mente de la otra persona.