Muchos cristianos creen que el cristianismo es una ética dada
por Dios para mejorar el mundo. Asimismo, muchos sinceramente sienten el
deber de involucrarse en la gestión política o social. No importa cuán
generosas estas iniciativas sean, no son suficientes. El mundo no se
puede mejorar (1 Juan 2:17): el mundo ha crucificado a Jesucristo. El
mundo es harto impotente, sin esperanza, apartado de una relación con
Dios, y está inmerso en el mal y bajo el poder de Satanás.
Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en maldad (1 Juan 5:19).
(Jesús dijo, hablando con el Padre) Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como yo no soy del mundo (Juan 17:14).
Cuando Jesús vino a este mundo, no reclamó sus derechos como rey de Israel. Para establecer su reino, hace falta que ejerza su poder de juzgar. Sin embargo, en Juan 3:17 dice: "Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo". Habiendo venido para salvar, él siguió su camino, haciendo el bien, y murió para resolver la cuestión de mis pecados delante de Dios. Y cuando lo acepto como mi Salvador, también yo puedo seguir en este camino de la compasión y del amor por todos los hombres. ¿Lo haré?
0 comments :