Da pesar ver adolescentes que ni siquiera han celebrado sus quince y ya andan cargando un bebé; en algunos casos luciendo sus pancitas en los uniformes de colegio o llevando a clases a sus pequeñines.
Esto en su caso, ha sido promovido (en parte) por las películas o las susodichas novelas para adolescentes y otras donde incitan a las jóvenes a los noviazgos y a las relaciones sexuales a temprana edad.
He visto como buenas hermanas dentro de la Iglesia han perdido la esperanza de que algún hermano las pida en matrimonio, y se han ido al mundo a buscar quien las despose, obteniendo resultados catastróficos. Muchas terminan perdiéndose o dejan de reunirse, otras han tenido que enfrentarse al divorcio y resignarse a ser madres solteras.
¿Será eso lo que Dios quiere para tu vida?
Ciertamente que no. Recuerdas la Parábola de las Diez Vírgenes (Mateo 2:1-13). Él quiere que estés entre las sensatas aguardando su venida o esperando en El, ser desposada ¿por qué desesperarse?
No dejes que las presiones de familiares o “amigos” te lleven a tomar malas elecciones, es mejor que te digan “quedada” o que “te quedaste para vestir santos”, a que tomes el camino incorrecto que te cause un terrible sufrimiento. Dios siempre va a querer lo mejor para tu vida.
Si El, considera que permanezcas soltera toda tu vida, que sea para ocuparte de las cosas del Señor. Si en su voluntad está el que te cases, mientras sucede, ocúpate en santificar tu vida, en servirle, en hacer aquellas cosas que le agradan, en vestirte de piedad, en prepararte cómo administrar un hogar (que no te pase como las de muchas personas, que no sabe ni cosinar, ni sabe que es un noviasgo no sabe ni labarce los fientes decia mi mama).
¡Aprende a esperar el Señor y él te recompensará!
Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Isaías 54:5
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