Saturday, March 29, 2014

El enemigo externo: el mundo

El enemigo externo: el mundo
"No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo,
el amor del Padre no está en él" (1 Juan 2:15). Primero, pensemos un poco acerca del
mundo. Yo llamo al mundo el enemigo externo. El mundo es el enemigo de afuera.
Cuando digo el mundo, no estoy hablando del planeta Tierra. El planeta Tierra no es
malo. Dios creó este mundo. Así que cuando la Biblia dice: "No améis al mundo", no
está hablando del planeta. Jesús amó la naturaleza. Él dijo: "...Mirad los lirios del
campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aun Salomón, con
toda su gloria, fue vestido como uno de ellos" (Mateo 6:28, 29). Cuando Dios creó el
mundo natural, dijo "Es bueno".
Cuando la Biblia dice "el mundo", no estamos hablando de la naturaleza, ni de la
gente. No debemos amar al mundo, pero debemos amar a las personas. La Biblia dice:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo (a la gente), que ha dado a su Hijo
unigénito..."(Juan 3:16). Entonces cuando dice: "No améis al mundo", no está hablando
del planeta ni de la gente. El mundo al que se refiere es un sistema. La palabra que se
traduce como mundo es la palabra griega cosmos, que significa "un sistema, un orden de
cosas".
"No améis al mundo [no amen el cosmos] ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (1 Juan 2:15). "No os conforméis
a este mundo..." (Romanos 12:2). "¡Gente adúltera! ¿No sabéis que la amistad con el
mundo es enemistad con Dios?..." (Santiago 4:4). Todos estos versículos usan la palabra
mundo en un sentido diferente; no hablan del planeta, ni de la gente, sino de un sistema,
un orden de cosas.
El mundo no tiene que ser horroroso. A veces pensamos en algo mundano como
un bar o un casino. El mundo puede ser muy hermoso, muy atractivo. Usted puede ser
moldeado por algunas cosas muy agradables y altisonantes. Es simplemente un orden de
cosas, un sistema de cosas que son contrarias a nuestro Señor y sus caminos.
En 1 Pedro 3:3, Pedro habla de cómo una esposa que es salva puede ganar a su
esposo inconverso para Cristo. Le dice cómo comportarse, cómo hablar y cómo ser
realmente hermosa. Él dice: "Vuestro adorno no sea el exterior con peinados ostentosos
del cabello, adornos de oro, ni vestir ropa lujosa". La palabra adorno es la misma
palabra que se traduce como mundo más de cien veces en la Biblia. Fácilmente
podríamos parafrasear a 1 Pedro 3:3 así: "No permita que su mundo sea el mundo del
salón de belleza, la joyería o la tienda de modas".

A veces la gente lee ese versículo y piensa: "Una mujer no debe usar joyas, no
debe ir al salón de belleza, ni usar maquillaje". Esto no es una orden en contra de verse
bien. Usted no va a agradar a su esposo por no cuidar la manera en que usted se ve;
arreglarse y cuidarse también es parte de su personalidad y su deseo de verse
presentable.
¿Qué está diciendo Pedro aquí? No dice que está mal arreglarse el cabello. No está
diciendo que está mal usar joyas. Seamos razonables, él también dice: "No permitan que
su adorno sea el de vestir ropa..." Si está mal arreglarse el cabello, si está mal usar
joyas, entonces está mal usar ropa. Él no está diciendo que estas cosas estén mal.
Simplemente está diciendo que esa no debe ser su verdadera belleza; él está diciendo:
"¡No permita que eso sea su mundo!".
Y los hombres dicen: "Sí, ¡dígales!". Si estuviera hablando a los hombres, podría
decir: "Cuyo mundo no sea el de los negocios, ni el de los deportes". Estas cosas no son
malas en sí, pero pueden meternos en un molde. Ya sea que esté simbolizado por el
emblema de nuestro equipo favorito o por el logotipo de una compañía comercial, si no
tenemos cuidado, podemos abrazar este sistema de valores que la Biblia llama mundo,
el enemigo externo, y puede alejamos de nuestro Señor.

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