Tuesday, April 2, 2013

Cosechas lo que siembras

Cosechas lo que siembras

Cuenta un relato acerca de   un  niño que  vivía en Nepal con sus padres y su abuelo anciano. Su mamá permanentemente se quejaba de que el abuelo demandaba constante atención y que era una carga para la familia.
Era tanto el desdén que les inspiraba el abuelo, que en algunas oportunidades, ni siquiera lo   tomaban en cuenta a la hora de comer. El único que   tenía una relación muy estrecha y excelente con su abuelo, era el niño, quien generalmente guardaba comida a escondidas de su madre,  para dársela más tarde al anciano.
COSECHAS LOS QUE...Hasta que un día, la madre del chico, enterada de la complicidad entre  niño y viejo, les dio un ultimátum: ¡el abuelo debía abandonar la casa!…. Así es que  el padre del niño, un hombre falto de carácter, al no poder controlar la situación, decidió enviar a su padre a su pueblo natal, donde le correspondería  vivir solo. De esta manera –tal y como era la costumbre-  compró una silla de mimbre para llevar al anciano.
A la mañana siguiente, cargaron al abuelo en la silla y partieron al pueblo. El niño rogó  que no se lo  lleven, mas,  pese a sus súplicas y a su llanto, ninguno de los padres se conmovió. No le quedó más remedio al chico que despedirse  del abuelo y aprovechar para decirle a su padre :  Papá no vayas  a olvidarte de  traer de regreso  la silla de mimbre.
El padre, un tanto intrigado  le preguntó:  ¿Traer de regreso la silla? … ¿y para qué? ¿qué vamos a hacer con la  silla de mimbre?  A lo que el niño respondió: “Padre, quiero tenerla en casa ,  para cuando tú envejezcas como el abuelo, y seas una carga para la familia, usar la silla para irte a dejar en tu pueblo”.
Queridos amigos y amigas: La lealtad es uno de los valores  más  sublimes, pero a la vez tan complicados de mantener en pie. Y las víctimas de la deslealtad   generalmente  los son los nuestros, aquellos a quienes decimos amar o querer. Y es que con nuestro engañoso corazón amamos a  los demás cuando estos están gozando de éxito, de prosperidad, de salud, de bienestar, o sea cuando está bien. Mas cuando esas mismas personas  han caído, ya no son exitosas ni prósperas, y hasta han envejecido, entonces las apartamos de nuestra lista de intereses, las ignoramos por sentir que nos molestan. DE allí que muchas esquinas, refugios, hospitales, casas de beneficencia ,  asilos  de ancianos,   están saturados de viejecitos (as) que luego de haber sido personas de bien, pensantes, trabajadoras, honestas,  que han generado recursos y amor en sus hogares, terminan  abandonadas  como objetos sin valor,  ignoradas por sus familiares, por la sociedad.
La Sagrada Escritura  en el libro de Gálatas  6: 9-10 menciona lo siguiente : “ No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.  Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.”

0 comments :