¡LOS HOMBRES DE FE Y DE ORACION QUE DIOS NECESITA!
¿Cómo Oraban?
Los
hombres de otros tiempos que obtenían mayores resultados de la oración,
que lograban realizar cosas de gran importancia a
través de Dios, eran aquellos que se habían dado íntegramente a Dios
en su oración. Dios quiere y necesita todo lo que hay en el hombre para
poder contestar sus oraciones. Dios debe tener un
hombre abierto y Sincero a través del cual ejecutar sus propósitos y
planes para bendecir al mismo hombre. Dios no acepta hombres de doble
ánimo. Ni los pusilánimes y vacilantes. No pueden hacer
el tipo de oración que es necesaria aquellos hombres cuya lealtad
oscila entre Dios y el mundo.
La oración abarca al hombre entero. La
oración tiene que ver con el hombre entero, la oración abarca todo el
ser del hombre, mente, alma y cuerpo. Es necesario que
sea el hombre entero el que ora. Así como la naturaleza entera del
hombre entra en la oración de la misma manera su ser entero se beneficia
de la oración. El hombre entero debe ser ofrecido a
Dios al orar. Los mayores resultados los obtienen los que se
entregan a Dios con todo su ser, con toda su alma y cuerpo postrado ante
la presencia del Señor, esta es la condición de la oración
triunfante. La clase de oración que rinde frutos copiosos.
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La Santidad en su totalidad. Sí;
se necesita la santidad en su totalidad para habitar en la presencia de
Dios. Por lo tanto Dios necesita hombres santos,
hombres abiertos, transparentes y verdaderos para su servicio y para
la obra de oración. Hombres y mujeres que amen la santidad de Dios “y
el Dios de paz os santifique enteramente; y ruego a Dios
que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo sean preservado sin tacha
para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Estos son los hombres que
Dios quiere como caudillos para las huestes de su
iglesia.
Dios requiere la unidad en el hombre cuando ora. El
hombre es trino y uno, y, sin embargo, no es una trinidad ni una
dualidad cuando ora, sino una unidad. El hombre es uno en
todo lo fundamental, alma espíritu y cuerpo, cuando el hombre
íntegro se postra y se rinde en oración. El hombre entero debe orar. El
hombre entero, vida, corazón, temperamento, mente. Cada uno y
todos se juntan en el ejercicio de la oración. La duda, la doblez de
ánimo, la división de las afecciones, todas ellas son ajenas a la
verdadera comunión de la oración. La integridad moral y
espiritual, así como el carácter y la conducta sin mancha más
blancos que la nieve y la lana, son potencias poderosas sin estorbo en
la vida del hombre, y son lo más hermoso para la hora y las
luchas de la oración.
¿Por qué a muchos se les dificulta orar? Al analizar este razonamiento nos encontramos que pueden ser varios los obstáculos que puede tener una persona para no hacerlo
pero el principal de ellos es; La falta de disciplina.
En la vida nada se consigue ni se tiene éxito si no se tiene una
disciplina constante. La oración de la misma
manera requiere de una constancia y entrega total. El avance que
vemos en el mundo natural de alguien que trabaja y lucha, es evidente
cuando este tiene un progreso en las cosas que realiza
debido a su constancia y tenacidad. Igualmente lo es en lo
espiritual. La lectura de la biblia, la asistencia a la iglesia o la
participación en algún ministerio no hace al hombre espiritual.
Donde se ganan o se pierden las batallas es en la oración. La
tenacidad y constancia en la oración hace la diferencia. Muchos hombres
pueden tener fama y ser reconocidos en el mundo religioso
pero no en el infierno. Pero un hombre espiritual es temido por
Satanás porque sabe, que con el, siempre lleva las de perder.
¿Cuánto se debe orar? Se
necesita al hombre entero para orar, hasta que todas las tormentas que
agitan nuestra alma son acalladas, hasta conseguir la
calma, hasta que los vientos y las olas cesan bajo la benéfica mano
de Dios. Hasta que tengamos la convicción de que por la fe, tenemos ya,
por lo que hemos orado. Necesitamos orar hasta que las
fuerzas malignas que han tenido cautiva a nuestra familia o ciudad
sean quebrantadas y los hombres y mujeres caigan rendidos a los pies del
Señor. Si; Se necesita todo el hombre para orar hasta
que la opresión del mismo infierno sea desecha y nuestros enemigos
destruidos, hasta que los tiranos crueles y los gobiernos injustos
cambien su naturaleza y sus vidas, así; como su forma de
gobernar o dejen de gobernar.
Se necesitan hombres y mujeres espirituales. Podemos
tener un gran conocimiento de la palabra de Dios, y memorizarnos
capítulos enteros, pero esta no se hace viva a menos
que nuestra alma se postre y conozca en la intimidad al dador de la
misma. Hasta sentir que estamos ardiendo en la misma presencia de Dios.
Se necesitan hombres y mujeres espirituales con celo de
Dios y amantes de las cosas santas y de la santidad de Dios. Los
hombres y mujeres espirituales producen gente espiritual, hombres y
mujeres carnales producirán gente carnal. ¿No dice la biblia
que por sus frutos los conoceréis? ¿No dice que la letra mata más el
Espíritu vivifica? Todo lo que el hombre sembrare eso segara, lo que tu
tienes eso transmites, es por esto que todo lo que
hagamos en el Señor llevará nuestro sello espiritual y serán el
reflejo de lo que nosotros somos. Se necesitan pues hombres y mujeres
piadosos, para que estos se entreguen enteramente a la
oración con tal intensidad y profundidad que sientan que en ello se
les va la vida.
La influencia y los efectos de la oración. La oración llega muy lejos en su influencia y en los efectos de su gracia. Es un asunto profundo que se refiere a Dios y a sus
planes y propósitos, porque está en juego el destino eterno de la humanidad. La biblia dice; “Y Cristo en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y suplicas, con gran clamor y lagrimas
al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su piedad” (Hebreos 5:7)
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David brainerd escribió en su diario “Dios me permitió agonizar en oración hasta que estaba sudando, aunque estaba a la sombra y en un
lugar fresco” El hijo de Dios en Getsemaní estaba agonizando en oración, que puso en acción todo su ser,
“Cuando llego a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en
tentación.
Y él se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y
puesto de rodilla, oraba diciendo: padre, si quieres aparta de mí esta
copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se
le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en
agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de
sangre engrumecidas que caían sobre la tierra”
(Lucas 22:40-44).
¿Qué tan importante es para ti la oración? La
intensidad con que lo hagas determinara tu entrega y vida espiritual,
hoy puedes tener un cambio de perspectiva al leer este
libro. Dios está buscando hombres y mujeres dispuestos a una entrega
total, tal vez nunca sabremos el alcance de nuestra oración hasta aquel
día cuando el Señor nos muestre sus efectos
alcanzados. Pero así como naaman, impresionante general leproso se
tuvo que bajar del caballo y despojarse de sus ropas, humillarse y
entrar al rio para poder ser limpio de su lepra, es lo mismo
que el Señor espera de hombres y mujeres que estén dispuestos a
descubrirse delante de su presencia para ser limpiados y santificados,
para que así, podamos llevar a cabo sus propósitos
eternos.
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