“…EL ALIENTO DE VIDA ENTRÓ EN ELLOS; ENTONCES… REVIVIERON Y SE PUSIERON DE PIE” (Ezequiel 37:10 NVI).
El Gozo en medio de la tribulación
Tal vez tus ilusiones estén muertas y hayas enterrado tus sueños; sin embargo Dios puede darles nuevo aliento de vida. Ezequiel se encontraba en medio de un valle lleno de huesos secos. Desde el punto de vista lógico, no hay nada más desesperanzador. Pero de repente sucedió algo extraordinario. Dios dijo al profeta: “Profetiza… conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’ ” Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!” (Ezequiel 37:10 NVI). Cuando veas a un hombre o una mujer con un ministerio floreciente en el Reino de Dios, es muy posible que primero hayan pasado por el valle de la aflicción, el dolor y el rechazo.Después de haber sido expulsado de la ciudad, apedreado y dejado por muerto, Pablo habló de que fue llevado al tercer cielo donde tuvo experiencias inefables (2 Corintios 12:2-4). Fue después de ser exiliado a una colonia penitenciaria en la isla de Patmos cuando Juan escribió estas palabras: “Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta” (Apocalipsis 1:10). Y la revelación recibida fue el libro de Apocalipsis. Escribió el salmista: “…En el día del mal… levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean… cantaré y entonaré alabanzas al Señor” (Salmo 27:5-6). Así es como te “gozas en la tribulación” y puedes mirar en retrospectiva y decir: ‘Gracias Señor por esas experiencias. Sin ellas, no te habría conocido como te conozco hoy.’
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