Si, en algún momento todos necesitamos cambiar algo en nuestra vida, en especial cuando las cosas no han salido como las planeamos o como nos hubiera gustado.
Puedes estar cansado de lo que has vivido, de las cosas que han sucedido en tu vida, de los resultados que has obtenido y hoy solo piensas que es necesario
cambiar algo, cosas de tu vida que ya no te dan satisfacción o
actitudes o costumbres que has tomado ¡eso es bueno! Siempre que
sentimos el deseo de cambiar es porque aún hay en nosotros el deseo de
ser mejores.
A veces es necesario llegar al punto en que sentimos que nuestra vida no lleva un rumbo correcto para poder detenernos a pensar y hacer un balance
de lo bueno y lo malo que hay en nosotros, cuando hacemos eso,
generalmente nos damos cuenta que a veces lo que nos parece correcto en
realidad no lo es y podemos hacer algo al respecto.
Dios
es especialista en darnos una nueva oportunidad cuando estamos
dispuestos a cambiar, es el primero que cree en nosotros, que confía en
que podemos hacerlo. Él te conoce y ve tus intenciones, sabe que puedes y
está dispuesto a ayudarte.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13
La próxima vez que te sientas mal porque
tu vida no lleva el rumbo correcto, detente a pensar, siempre puedes
cambiar de dirección, no te sientas mal por haberte equivocado, siéntete
privilegiado por aun estar a tiempo de enderezar el camino, nunca es tarde para cambiar y los grandes no son los que no se equivocan sino los que tienen el valor y el deseo de mejorar.
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