“.EN EL AÑO DE SEQUÍA NO SE INQUIETARÁ.” (Jeremías 17:8)
“En el año de sequía”

En la difícil coyuntura económica actual, la diferencia entre la paz y el pánico estriba en quién has puesto tu confianza. Cuando hayas hecho todo lo que está en tus manos, entrégaselo al Señor -¡y no se lo pidas de vuelta! Vivimos en un mundo donde reina el temor. Si lees las noticias y no lees las Escrituras, si atiendes a las voces de los alarmistas en lugar de los que edifican tu fe, serás presa de lo que Jesús describió como “.desfalleciendo los hombres por el temor.” (Lucas 21:26 RV 1960). Como hijo redimido de Dios, vive regido por sus normas, bajo su protección, abastecido por “.sus riquezas.” (Filipenses 4:19). He aquí una promesa a la que debes aferrarte: “Bendito el varón que confía en el Señor. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto” (Jeremías 17:7-8). “En el año de sequía”, no te desesperes, sino confía en que Dios intervendrá para ayudarte.
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