Es
probable que el arrepentimiento sea el mandamiento de Dios más difícil
de hacer. ¿Sabe por qué? Es porque hay gozo en el pecado (Hebreos
11:25), y poca gente quiere cambiar. Jesús nos dice: “Los hombres
amaron más las tinieblas que la luz” (Juan 3:19). Fue el problema con
los judíos y es el problema hoy en día.
Primero, quiero explicar lo que no es el arrepentimiento. El
arrepentimiento no es tristeza por los pecados. El apóstol Pablo nos
enseña que la tristeza por la causa de los pecados no es
arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero
la tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10). Podemos ver
que la tristeza no es el arrepentimiento, sino la tristeza según Dios
produce el arrepentimiento. |
El arrepentimiento es el resultado de la tristeza divina. Por
ejemplo, un ladrón puede estar muy triste por el resultado de sus
pecados, no porque pecó contra Dios, sino porque fue capturado. Esta
es la tristeza del mundo. Este tipo de tristeza no produce el
arrepentimiento, sino la muerte. Un ejemplo bíblico es Judas. Judas
estaba muy triste porque se dio cuenta que había entregado sangre
inocente, pero la tristeza de él no produjo el arrepentimiento, sino
muerte (Mateo 27:3-5). |
Por otro lado, la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación. Por ejemplo, el apóstol Pedro le negó a
Cristo tres veces y estaba muy triste. El “lloró amargamente” (Lucas
22:62). La tristeza de Pedro produjo el arrepentimiento y Pedro se
convirtió en uno de los más grandes apóstoles en el reino de Dios. |
Segundo, el arrepentimiento no es un cambio de vida. Es cierto que
si uno se arrepiente, entonces se cambiará la vida. Juan el bautista
enseñó que el cambio de la vida era el fruto del arrepentimiento. El
les dijo a los judíos: “Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento…”, (Lucas 3:8-14). Entendemos que “el fruto del
arrepentimiento” es un cambio de la vida de uno –un cambio de la
conducta. Por ejemplo, si uno está cometiendo la fornicación, el dejar
de fornicar es una señal o sea un fruto del arrepentimiento. Primero
viene la tristeza que es según Dios y después el arrepentimiento y el
resultado del arrepentimiento es un cambio de la conducta o vida. (1)
Tristeza según Dios (2) El arrepentimiento (3) Cambio de la conducta. |
¿Qué es el arrepentimiento entonces? Es una decisión firme de
dejar de pecar. Es una decisión de dejar lo malo y hacer lo bueno. Es
un cambio de la voluntad obstinada o terca la cual es la fuente (sede)
de toda la rebelión y el pecado contra Dios. Cuando un hombre tiene
mucha tristeza por sus pecados y somete su voluntad totalmente a la
voluntad de Dios, él se ha arrepentido. Él dice, “No seguiré en el
pecar y me someteré a mi Dios”. Cuando uno cambia su modo de pensar
sobre los pecados, entonces el resultado será un cambio de la vida. |
¿Cómo se lleva a cabo el arrepentimiento? Algunas piensan que es
una operación directamente de Dios. Pero si es así, ¿por qué muy pocos
se arrepienten? ¿Por qué no usa Dios su poder sobre todos los
pecadores? |
Puesto que Dios no hace acepción de personas, entonces tendría que
salvar a todos. La Biblia dice que el arrepentimiento es un regalo de
Dios en Hechos 11:18. Pero también es un mandamiento de Él según
Hechos 17:30. ¿Cómo puede el arrepentimiento ser un regalo y un
mandamiento de Dios también? El arrepentimiento es un regalo, porque
nuestro Dios nos lo ha dado por medio de la Biblia. Cuando Pablo
escribió a la iglesia en Corintio, el le dijo: “Porque aunque os
contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo lamenté; porque
veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. Ahora
me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios,
para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte” (2 Corintios
7:8,9; énfasis T. M.). Pablo motivó al arrepentimiento a la iglesia de
Corinto por medio de la palabra de Dios –por medio de la carta
inspirada. La tristeza de Dios viene por medio de la palabra de Él. El
pesar divino conduce al arrepentimiento. |
Ahora bien, hay, por lo menos, dos clases de predicación que
motivan al arrepentimiento. Una clase es temor de Dios. Nuestro
Salvador trató de motivar el arrepentimiento predicando sobre el día
del juicio. En Mateo 11:20-24, Jesús predicaba acerca del temor de
Dios. Podemos leer sobre “el infierno” 12 veces en el Nuevo Testamento
y once de estas 12 veces fueron predicados por Jesucristo. Jesús les
advirtió a los hombres para que pudieran escapar de este lugar
horrible. Cuando la gente tiene un corazón duro, hay que enseñarle
sobre el sufrimiento eterno del infierno. |
También Pablo, parado ante los filósofos y los intelectuales de
Atenas, les llamó al arrepentimiento (Hechos 17:30). Pablo usó
motivación de temor. Dios juzgará al mundo “con justicia”, todas las
personas injustas serán condenadas y sólo las justas se salvarán.
También, cuando Pablo predicó a Félix, el gobernador, “de la justicia,
del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó…” (Hechos
24:25a). La palabra “espantar” significa “causar espanto; asustar;
tener mucho miedo”. Después de la predicación de Pablo, Félix quedo
asustado. Por tanto, la Biblia nos dice sobre una forma para motivar
al arrepentimiento. Podemos advertirles a los hombres y mujeres acerca
de las consecuencias horribles de continuar pecando. Cuando el
pecador reflexiona sobre las consecuencias de sus pecados por algún
tiempo, se va a arrepentir y dejar de pecar. El problema es que los
pecadores no quieren pensar mucho acerca del infierno. Sin embargo,
hay otra clase de enseñanza para motivar al arrepentimiento. |
La Biblia nos enseña que la benignidad de Dios nos guía al
arrepentimiento. Dice el apóstol Pablo: “¿O menosprecias las riquezas
de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
(Romanos 2:4; énfasis T. M.). Cuando reflexionamos acerca de la
benignidad y misericordia que Dios nos ha mostrado, ello debe
motivarnos al arrepentimiento. Cuando algunas personas escuchan sobre
el amor y misericordia de Dios, ellos desean cambiar de vida. |
El juicio de Dios y la benignidad (bondad) de Él son dos formas
para motivar al “arrepentimiento” –para producir el arrepentimiento.
Cuando el pecador se hace el sordo al amor de Dios y al juicio de Él,
no hay más esperanza para esta persona. |
¿Cómo viene el arrepentimiento? La Biblia nos dice que Dios nos da
el arrepentimiento, pero, ¿cómo? El arrepentimiento viene por medio
del evangelio de Cristo. Si queremos arrepentirnos, entonces tendremos
que pensar mucho en las buenas cosas que Dios ha hecho para nosotros,
y también en las consecuencias de nuestros pecados. Nuestro Creador
quiere que nos arrepintamos (Lucas 13:1-5; 2 Pedro 3:8,9; Hechos
17:30). Todos los hombres y mujeres tenemos que arrepentirnos porque
todos hemos pecado. Cuando una persona piensa que no peca, entonces no
entiende bien la palabra de Dios. Si uno piensa que no ha pecado está
equivocado grandemente. Ya que hemos pecado, tenemos que
arrepentirnos. Nadie está excluidos de este mandamiento de Dios. |
Hemos visto que el arrepentimiento no es tristeza por los pecados,
ni es un cambio de vida. El arrepentimiento es un cambio de la
voluntad obstinada hasta que se somete a la voluntad de Dios. Es una
decisión de dejar las cosas del mundo y poner en práctica las cosas de
Dios. Cuando uno peca, tiene que arrepentirse, o no puede tener vida
eterna.
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