Verdad central:
Los motivos correctos son de importancia fundamental ante los ojos de Dios.
Texto áureo: "Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a
tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público" (Mateo 6:6).
Trasfondo bíblico: Mateo 6:1-18
Bosquejo
I. Motivo para dar
A. Motivos incorrectos
B. Motivos correctos
II. Motivo para orar
A. Oración hipócrita
B. Modelo de oración
III. Motivo para ayunar
A. Abuso del ayuno
B. Ayuno espiritual
Objetivo: Reconocer el valor de los motivos correctos y actuar conforme a
ellos.
Introducción
A veces las personas no distinguen a los actores y actrices de la televisión en
la vida real de los papeles que desempeñan en las películas. Algunos les han
hecho preguntas médicas a actores que hacen el papel de médicos, sin comprender
que no son médicos. A menudo a esos actores se les cambia el tipo de personajes
que representan en la pantalla.
Aunque es normal que eso ocurra en la televisión, esa manera de actuar no tiene
lugar en asuntos espirituales. Eso se hace patente en Mateo 6, cuando Jesús
trata sobre tres disciplinas importantes para el cristiano: da orar y ayunar.
Aunque esas tres disciplinas pueden ser eficaces cuando se emplean debidamente,
también les dan a los hipócritas la oportunidad de exhibirse. Jesús llamó a los
creyentes a que consideraran lo que motivaba su conducta. Los motivos
incorrectos anularán cualquier beneficio o recompensa que consideremos que
merezcamos.
Comentario bíblico
I.
Motivo para dar
(Mateo 6:1,2)
A. Motivos incorrectos
El atender a los pobres era una práctica común en la época de Cristo. El Antiguo
Testamento mandaba a los israelitas a que ayudaran a los pobres (Levítico
19:9,10). Muchas comunidades tenían funcionarios que recogían y dinero y cosas
materiales para darles a los pobres. Para los judíos devotos, el ayudar a los
demás era parte importante de su vida social y religiosa. Fue del asunto de
ayudar a los pobres de lo que trató Jesús en Mateo 6:1-4.
Aunque muchos identifican la palabra "limosna" en Mateo 6:2 con el dinero, tiene
que ver con algo más. La "limosna" tiene que ver con cualquier acto de bondad
que se haga para los demás por misericordia y amor.
Pregunta: ¿Cuáles pudieran ser algunos motivos incorrectos para dar?
Aunque la obra caritativa bendice a quien recibe, también da la oportunidad de
vanagloria por parte del dador. Jesús indicó que a veces las personas dan para
"ser vistos". Quieren atraer la atención sobre sí mismos por sus actos de bondad
hacia los demás, asegurándose de que otros sepan cuan generosos son.
Otros pudieran dar por orgullo. Aun cuando la gente no se entere de lo que dan,
su propia evaluación exaltada de sí mismos hace que se sientan superiores a los
demás.
Por último, algunos pudieran dar porque quieren que quienes reciben se sientan
obligados con ellos. Emplean lo que dan como poder sobre los menos afortunados.
Pero todas esas actitudes están en contra de la enseñanza de Cristo respecto a
nuestra generosidad hacia los necesitados.
Hay una tenue diferencia entre el dar para bendecir a los demás y agradar a Dios
y el dar para alcanzar el respeto, la notoriedad y el placer que puede
concedernos el dar. Debido a ese peligro, Jesús les dijo a sus discípulos que se
"guardaran" respecto a sus obras de misericordia. Quería que se fijaran más en
sus actitudes que en sus hechos.
Los fariseos de la época de Cristo comúnmente les daban publicidad a sus actos
de generosidad para mostrar cuan justos eran.
Pregunta: ¿Por qué les llamó "hipócritas" Jesús a quienes daban con motivos
incorrectos (v. 2)?
La palabra "hipócritas" describía a quienes actuaban en una obra de teatro.
Hablaban para producir un efecto, fueran o no ciertas sus palabras. El dar con
hipocresía es dar por motivos incorrectos ––llamando la atención hacia sí mismo—
y no un deseo de aliviar la necesidad humanar
Jesús les dijo a sus discípulos: "No hagas tocar trompeta delante de ti." Aunque
es probable que Jesús no estuviera refiriéndose al verdadero toque de trompeta,
se refería al acto de llamar la atención sobre sí mismo.
Debemos tener cuidado de que nuestros actos de bondad no tengan motivos
incorrectos. Jesús les advirtió a quienes dan por motivos incorrectos que
perderán su recompensa.
La frase "Ya tienen su recompensa" era un término comercial que indicaba que
"todo estaba pagado". No recibirían ninguna otra recompensa. Los que no hacen
caso de la enseñanza de Cristo sólo se engañan a sí mismos. Mientras buscan el
aplauso público, se pierden lo más importante —la recompensa de Dios en este
siglo y en el venidero.
B. Motivos correctos
Pregunta: ¿Cómo podemos asegurar qué nuestros motivos para dar sean
correctos?
En Mateo 6:3, Jesús resumió su método de dar. Él dijo: "No sepa tu izquierda lo
que hace tu derecha." Su método de dar incluye secreto.
Pregunta: ¿Cómo es posible dar sin permitir que sepa tu "izquierda lo que
hace tu derecha"?
Pudiéramos maravillarnos ante la imposibilidad de dar según las instrucciones de
Jesús. Pero Jesucristo quiere que sus discípulos den de tal manera que no se
vanaglorien de sus buenas obras ni de sus sacrificios. En otras palabras, no
debemos dar publicidad a nuestras dádivas ni estar recordando nuestra
generosidad.
Sin embargo, el silencio y la privacidad al dar no quiere decir que nunca se
verá nuestra generosidad. El Señor la reconocerá y nos recompensará por nuestra
generosidad (v. 4).
Pregunta: ¿Cómo puede incluso el dar en secreto tener motivos incorrectos?
Aun el dar en secreto puede tener motivos impuros, sobre todo si hemos dado
únicamente para recibir una bendición. Jesucristo quiere que nos aseguremos de
que damos por motivos correctos: agradar al Señor y ayudar a alguien. Dios
recompensará esa forma de dar.
II.
Motivo para orar (Mateo 6:5-8)
A. Oración hipócrita
En las sinagogas de la época de Cristo, se acostumbraba que un hombre dirigiera
la oración en público de pie delante de la congregación. Como los judíos oraban
tres veces al día, también era común ver a alguien de pie en una calle a la hora
de la oración, con el rostro en dirección al templo, y orando. Jesús no condenó
esas oraciones públicas. Más bien condenó la actitud equivocada como el
fundamento de esas oraciones públicas.
Pregunta: ¿Cuál es el propósito de la oración?
La oración es la forma en que conversamos con Dios. Dios nos ha ordenado que le
presentemos nuestras necesidades. Mediante la oración, hallamos fortaleza para
afrontar las dificultades de la vida.
Pregunta: ¿Cómo puede volverse la oración un acto de hipocresía?
Si no tenemos cuidado, la oración pública puede emplearse fácilmente para
demostrar cuan "espirituales" somos. Quienes escuchan nuestras complicadas y al
parecer autoritarias oraciones pudieran pensar que tenemos una relación especial
con Dios.
A veces se le ha llamado a la oración "el más elevado empleo del lenguaje
humano", "la armadura para la batalla"o "el alma de rodillas". Jesús puso en
claro que es importante la oración; no debe reducirse a un medio de simulación.
El consejo de Jesús respecto a la oración se oponía al abuso de la oración por
parte del fariseo. En lugar de hacer un simulacro de oración pública. Jesús
enseñó a sus discípulos a que oraran en secreto (v. 6).
A fin de subrayar la importancia de nuestra comunión con Dios, Jesús le dijo a
cada uno de sus discípulos que entrara en su "aposento" y que cerrara "la
puerta". Una puerta cerrada muestra que debemos interesarnos más en que Dios nos
escuche que en que los demás nos escuchen orando. Entonces cuando oremos,
nuestro Padre "que ve en lo secreto" nos recompensará "en público". El
testimonio público de una vida de oración no es la elocuencia de nuestras
oraciones públicas. Más bien, es la relación que tengamos con Dios gracias a
nuestra estrecha relación con Él.
Jesús no prohibió que se orara en público. La Iglesia primitiva también oraba
públicamente. Pero la oración pública nunca debe convertirse en espectáculo para
impresionar a los demás. Más bien, en nuestras oraciones públicas, necesitamos
el toque de Dios para las necesidades de los demás. La eficacia de nuestras
oraciones no es resultado de nuestras palabras sino del hecho de que hemos
pasado tiempo con Dios en la oración privada.
Dios no contesta nuestras oraciones basándose en la extensión ni en la
repetición. La repetición caracterizaba las oraciones de los paganos en la época
de Cristo. Los paganos repetían los nombres de sus deidades o expresaban sílabas
sin sentido empleadas en encantamientos mágicos en sus oraciones. Esos paganos
esperaban que la extensión de sus oraciones les ganara el favor de su dios.
Pregunta: ¿Acaso la afirmación de Jesús respecto a la repetición en la
oración prohíbe que se ore por la misma necesidad más de una vez? ¿Por qué sí o
por qué no?
Algunos enseñan que los creyentes no deben orar por nada más de una vez. El
hacerlo es falta de fe. Pero la enseñanza de Jesús no prohíbe que se ore más de
una vez por las necesidades. Eso sería contrario a su parábola de la viuda
insistente en Lucas 18:1-8. Tampoco Jesús condenó la prolijidad en la oración.
Él mismo pasó toda una noche en oración (Lucas 6:12). Lo que Jesús condenaba era
una actitud del corazón, la creencia de que se nos oirá gracias a lo extenso de
nuestras oraciones. Cuando eso motiva nuestra oración, nuestro esfuerzo pierde
de vista el propósito que Dios tuvo para la oración.
B. Modelo de oración
Tal como hizo con el asunto de dar, Jesús pasó de lo que no es la oración a lo
que sí es la oración. Lo hizo presentando un modelo de oración que se conoce hoy
comúnmente como el padrenuestro.
Mientras la oración hipócrita se interesa más en la alabanza de los demás, la
verdadera oración se concentra en Dios que es nuestro Padre y en nuestra
relación con Él (v. 9). Después de todo. Dios es la fuente de las respuestas a
nuestras oraciones.
La frase "santificado sea tu nombre" reconoce la santidad de Dios. Como Dios es
santo, no debemos acercarnos a Él con petulancia ni irrespetuosamente. Él es el
Dios soberano sobre toda la tierra.
Aunque podemos ir ante su presencia, debemos hacerlo con reverencia.
El reino de Dios es un tema central no sólo de los Evangelios, sino de toda la
Biblia. Aunque el reino de Dios está en nosotros (Lucas 17:21), un día Dios
establecerá su reino eterno. Se indican esos dos aspectos en la petición de
Cristo en el versículo 10.
Cuando oramos "venga tu reino", queremos que su reino se manifieste en el
corazón de nuestros familiares y amigos inconversos. Pero también anhelamos el
día en que el gobierno de Dios se extenderá por toda la tierra. Entonces no
habrá más tristeza ni dolor.
En Mateo 6:11-13, Jesús exhortó a sus discípulos a que confiaran en Dios día a
día. La frase "el pan nuestro de cada día" significa algo más que el alimento.
Dios es la fuente de todo lo que necesitamos.
El pecado impide que tengamos una buena relación con Dios. Pero Dios ha provisto
un medio para que seamos limpios de pecado: pedirle a Dios que nos perdone
nuestro pecado (v. 12).
Cuando servimos a Cristo, pronto descubrimos que nuestra oración pidiendo perdón
incluye a los demás. Nuestra petición de perdón está modificada por la frase
"como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". Si no estamos dispuestos
a perdonar a otros, no tenemos ningún derecho de pedirle a Dios que nos perdone.
Como vivimos en un mundo malvado, sufrimos la tentación de pecar. Pero no
podemos ver cuan cerca del pecado estamos sin que en realidad pequemos. Debemos
reconocer nuestras propias debilidades y pedirle a Dios que nos aparte de las
cosas que pudieran llevarnos al pecado (v. 13).
Para que sea eficaz nuestra oración, no podemos tener un espíritu implacable (w.
14,15). Jesús volvió a tratar el asunto de nuestro perdón a los demás.
III.
Motivo para ayunar (Mateo 6:16)
A. Abuso del ayuno
El tercer asunto que Jesús trató respecto a los motivos fue el ayuno. Al igual
que en cuanto al dar y al orar, Jesús no criticó la práctica del ayuno, sino el
motivo incorrecto de su abuso.
La ley mosaica exigía un ayuno anual el día de la expiación (Levítico 16:29,31),
aunque muchos fariseos ayunaban dos veces a la semana. Al igual que de otros
actos de piedad, los fariseos abusaban del ayuno.
Pregunta: ¿Cómo puede abusarse del ayuno?
Los fariseos redujeron la práctica del ayuno a un exhibicionismo de cuan buenos
y justos eran. Cuando ayunaban, demudaban su rostro, se echaban cenizas en el
cabello y se negaban a lavarse la cara. La apariencia de los fariseos durante
sus ayunos sólo tenía el propósito de atraer la atención a su piedad. Pero al
igual que el dar y el orar, los que ayunaban con motivos incorrectos ya tenían
su recompensa.
B. Ayuno espiritual
Pregunta: ¿Cómo el ayuno de los fariseos se oponía al verdadero propósito
del ayuno?
El día de la expiación, el ayuno era indicio de humildad respecto a la confesión
de pecado. De igual manera, el ayuno de hoy implica abnegación para concentrarse
en Dios y creer humildemente en que Él actúe a favor de nosotros. La palabra
clave en la enseñanza de Jesús es "secreto": no darle entender a nadie que se
está ayunando.
El único que debe saber que estamos ayunando es el Señor. Cuando les decimos a
otros que estamos ayunando, nuestro ayuno pudiera volverse un medio de
vanagloria en vez de una verdadera búsqueda de Dios.
Si seguimos los principios del ayuno establecidos por Jesús como se muestran en
el Sermón del Monte, dejaremos pocas posibilidades de ceder a la tentación de
buscar la gloria de nosotros mismos. Y en el proceso, recibimos la recompensa
que el Señor tiene para nosotros.
Aplicación:
Esta lección subraya la importancia de los motivos correctos en su vida
cristiana. Tal vez el Espíritu Santo le haya mostrado que los motivos de usted
en determinados aspectos han sido incorrectos. De ser así, pídale a Dios que le
ayude a evaluar sus motivos conforme a la Palabra de Dios. Luego pídale a Dios
que le ayude a cultivar un motivo bíblico para servir a Cristo.
No permita que el enemigo le impida servir con eficiencia a Dios. Si fracasa en
sus intentos por servir con motivos bíblicos, pídale a Dios que lo perdone.
Aproveche su fracaso como una experiencia de aprendizaje y siga sirviendo a
Cristo con motivos correctos.
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