Ciudad Juárez es sacudida por la guerra de poder entre bandas contratadas por los cárteles de Juárez y Sinaloa. Miles de criminales e inocentes han muerto, mientras muchos otros han sido extorsionados tras ser secuestrados. Y es que según el FBI, desde allí se canaliza el 60% de la droga que va a Estados Unidos.
La vida de Núñez ha dado un giro de 180 grados. Antes, su alianza parecía más bien con el diablo que con Dios.
Según cuenta los 21 años que pasó tras los barrotes de una cárcel le cambiaron la vida para mal primero y para bien después . Este tiempo incluye los años que de niño pasó en la prisión ya que su madre estaba recluida por apuñalar a su padre. Allí vivió hasta los 11 años y aprendió los malos hábitos del bajo mundo.
Por eso desde siempre Núñez relata que creció en un ambiente malvado, donde no existían principios ni valores. 'Tú opción era unirte a una banda y luego comenzabas a vender drogas', relata.
Por ello, se inició tras salir de la cárcel en el camino de las drogas y terminó convertido en un asesino. Este tipo de vida le duró poco, ya que a los 16 años regresó a prisión, esta vez por su propia condena.
LA REDENCIÓN En este segundo encierro (que duró un total de diez años) encontró en la propia prisión la redención interior al escuchar el Evangelio a través de un grupo de evangélicos que visitaba la cárcel. Aceptó a Jesús en su corazón, y comenzó un nuevo camino.
"Sólo hay dos soluciones: la Biblia o la muerte", es la filosofía del hombre que ahora tiene 35 años.
Tras cumplir su condena y quedar en libertad, comenzó a llevar su testimonio a otros criminales y adictos para que tuviesen la oportunidad que él encontró, en una ciudad donde las muertes por el narcotráfico sobrepasan las 3.000 personas por año.
“Se arriesga mucho. Al primer intento, te cortan la mano. Luego será un pie. Después te matan. No es algo para tomar a la ligera” avisa Núñez a quienes miran la tentación de la vida de los narcos para tratar de que los jóvenes se mantengan en el camino del bien.
A pesar de que la vida de Núñez es otra, no deja de atraer las miradas de los policías cuando camina por la calle, debido a sus aparatosos tatuajes. Pero él les grita, 'yo tengo a Cristo en mi corazón y ustedes también lo deberían buscar'.
UNA NUEVA VIDA
Nuñez no se ha quedado sólo en predicar de la Biblia o hablar de Jesús. También ha fundado el refugio de ex Presidiarios “Transformados para Transformar” en el centro de la ciudad, además de impulsar y pastorear una iglesia en una de las zonas más peligrosas de Ciudad Juárez.
Mientras tanto, otra vía de ayuda que ha creado es conseguir trabajo a la gente que sale de prisión .
Aunque con la condición de que ellos reciban la mitad del salario y la otra mitad la entreguen a sus esposas para que mantengan la familia, una medida que para Núñez es indispensable para la estabilidad del propio ex preso y de su familia.
'Muchos padres malgastan su vida robándole a sus familias. Por eso, es que Ciudad Juárez es un caos', sostiene el pastor.
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