Un informe realizado por prestigiosas universidades de Latino América,
nos muestra que curiosamente las personas que ganan grandes premios
económicos, en muchos casos terminan arruinadas en sus finanzas.
El estudio demuestra que aquellos que
tienen problemas para administrar un patrimonio modesto también y con
mas razón, tendrán dificultades para gestionar un repentino y
significativo incremento monetario. Esto es así porque normalmente estas
personas no están preparadas, ni intelectual ni psicológicamente para
manejar tanto dinero, que le llega de repente.
En cuanto a esto podemos ver varios
ejemplos de tristes historias que incluyen: el despilfarro de dinero en
extravagancias, inversiones mal hechas, divorcios millonarios, familias
destruidas por envidias, etc.
La verdad es que en muchas ocasiones
solemos creer que un poco de bendición material puede suplir nuestra
verdadera necesidad espiritual.
Mateo 7:11 Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
La bendición que Dios quiere darte no es
solamente en el plano material, sino que será eterna, nadie te la podrá
quitar y conlleva la satisfacción que produce un trabajo bien hecho.
Salomón fue aprobado por Dios porque no pidió ni riquezas, ni poder,
pidió sabiduría, pues es la sabiduría lo que se necesita para
administrar los recursos que en su gran amor y misericordia, nuestro
Padre Celestial ha puesto en nuestras manos.
Todos los bienes material que podamos
obtener son vana ilusión, hoy están y mañana pueden no estar más. En una
sola hora Job se volvió pobre, perdió a sus hijos, a sus amigos y hasta
su esposa lo abandonó, pero aún con todo esto, nunca dejo de serle fiel
a Dios. La sabiduría y la fe son armas poderosas que nadie te las puede
quitar.
Habacuc 3:17-18 Aunque la higuera no
florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del
olivo y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de
la majada y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en
Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Empecemos a pedir sabiduría para
administrar todo lo que tenemos para ser buenos mayordomos de los
recursos que Dios nos ha entregado. Renovemos nuestra forma de pensar,
de modo que sepamos contentarnos en la escasez y en la abundancia, pues
no importa cuánto tenemos, lo que necesitamos es sabiduría para
administrar.
Santiago 1:5 Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.
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