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Sunday, March 17, 2013

DIOS ES FUERTE!

           Dios es… Fuerte!


¡Oh Dios grande y fuerte, tu nombre es el Señor Todopoderoso! (Jeremías 32:18b)
Vivimos en un mundo que todavía está temblando como consecuencia de la caída del hombre, nuestros corazones están desesperados por encontrar esperanza. Tienen hambre de libertad. Hay un anhelo por redención, y aquí está la buena noticia: En Cristo, tenemos las tres.
Puede que no tengamos respuestas a tantas preguntas, pero sí tenemos muchas promesas para nuestras almas. Y una de las promesas que Dios nos da es:
  • Somos verdaderamente libres para luchar
Pero no estamos esforzándonos por ser libres. Tenemos la libertad de fracasar porque hay un océano lleno de Gracia en el cual caer. Aunque también, tenemos la promesa de un Poder tan Fuerte similar al que resucitó a Cristo, y por eso sabemos que aunque sepamos el misterio de los misterios, aun así no estamos luchando por ser libres.
De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia. (Juan 1:16)
Si creyéramos con tanta fuerza que el Señor nos da su Gracia a todos aquellos que estamos enredados en luchas internas o problemas, sabríamos que nuestras debilidades no son nada comparadas con la fuerza inmensa de Dios.
..Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro.
Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar! —gritaron.
Él se levantó y reprendió al viento y a las olas; la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo.
—¿Dónde está la fe de ustedes? —les dijo a sus discípulos.

(Lucas 8:23-25)
Debemos lanzar nuestro barco al mar y luchar contra las olas, habrán algunos contratiempos o dificultades que podrán romper nuestros remos, pero debemos tratar de aguantar la tormenta. Tenemos que saber y creer que nuestro Dios con su fuerte voz puede calmar la tempestad.
Nos tenemos  y nos amamos unos a otros como Iglesia, y lo más importante, tenemos a Cristo que nos levanta en la flaqueza, así que nunca lucharemos solos.
Y aunque parezca que Él nos ha abandonado, de que Él nos ha olvidado, sólo tenemos que ver las cicatrices en sus manos para recordar que él también sufrió la peor de las tormentas. Él rompió las cadenas que nadie podía romper y nos a hecho mas que libres del pecado con su gran amor.
Así que donde quiera que estés, sea cual sea la lucha que estés pasando, debes saber que no estás solo, y que hay Gracia en cada paso del camino.
Dios te bendiga!!

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