Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Efesios 6:1
La lucha para someterse a nuestros padres, no es exclusiva de nuestros tiempos ni de nuestra cultura, se remonta a la desobediencia de Adán y Eva en el huerto del Edén, cuando comieron del fruto prohibido y desafiaron la autoridad de Dios.
Desde ese entonces, hasta nuestros días, hemos visto como Satanás ha arruinado familias, amistades, matrimonios y naciones enteras con la rebeldía.
El ejemplo de David y sus hijos, es evidentemente claro de cómo el pecado puede conllevar a la desobediencia a los hijos. David llamado “un hombre conforme al corazón de Dios”, sufrió la desdicha que uno de sus hijos matará a otro para vengar la violación de que fue objeto su hermana, y que además tratará de matarlo para usurpar su trono. ¡Cuánta rebeldía!
Quizás pienses:
- Solo debo someterme si estoy de acuerdo con lo que me dicen.
- No puedo expresarles mis opiniones, sin que terminemos en discusión.
- Ellos siempre piensan tener la razón o saberlo todo.
- Lo mío no es tan grave como lo que acaban de exponer de los hijos de David.
Dios quiere que vivamos bajo la sujeción de nuestras autoridades nos parezcan bien o mal lo que ellas hacen.
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Romanos 13:1
¿Imagínate el caos en el que viviríamos si no existiera una autoridad inmediata a la cual debamos sujetarnos? Viviríamos como en la época del Libro de Jueces que en Israel, cada quien hacia lo que bien le parecía. Parece ser, que la rebeldía siempre ha sido un problema generacional.
Dios se toma muy en serio la rebeldía, ¿recuerdas cuando Saúl desobedeció y fue desechado? En el verso I Samuel 15:20, Saúl trata de justificarse ante Samuel y le dice: “Antes bien he obedecido la voz de Jehová”; tú podrías llegar a pensar “ah, sí sólo está vez no he obedecido a mis padres”; al ser desechado Saúl, fue cometiendo pecado tras pecado hasta su ruina total.
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación, Por cuanto tu desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado… I Samuel 15:23
No sabes de cuántas bendiciones te estás perdiendo producto de la rebeldía. La obediencia a nuestros padres nos pone bajo la protección de Dios, mientras que la rebelión te expone a la influencia de Satanás en todas sus formas.
Si no comienzas a obedecer a tus padres en casa, ¿Cómo llegarás a obedecer a las demás autoridades con las que te encontrarás a lo largo de la vida (colegio, universidad, trabajo, gobierno)? Dispón en tu corazón obedecer y someter tu voluntad a Dios mediante la obediencia a tus padres, desiste de vivir en rebeldía.
De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Romanos 13:2
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